Dani vivía en Barcelona y después de una crisis, quería un cambio en su vida.

Él siempre ha disfrutado de recorrer las montañas del Pirineo. Después de una excursión que hizo, para subir al Monte Perdido aparcó cerca de Vio. Al ver la aldea se enamoró del lugar.

Estuvo 3 años buscando una casa en venta en Vio. Solía venir 2 ó 3 veces al año para ver si surgía alguna oportunidad. 

Dani iba a otros sitios a buscar casas en venta, pero no sentía ese pálpito que sintió aquí. Hasta que un 28 de diciembre, día de los inocentes, fue a Boltaña a visitar a unos amigos. Sus amigos le dijeron que habían estado en Vio y que habían visto una casa en venta. Él no les creyó, pensando que era una broma. De todos modos, al día siguiente decidió subir a Vio. Era verdad, una ruina al final del pueblo estaba en venta, el corazón le palpitaba a mil. Enseguida llamó para pedir informes. El propietario le comentó que estaba en Huesca y Dani le dijo: «Pues voy ahora mismo». Se cogió la furgoneta y bajó enseguida a encontrarlo. 

El propietario de la ruina «Casa Cuadrau», Jesús B., lo recibió en su cocina. Dani le contó toda la historia: que llevaba 3 años yendo a Vio; que estaba enamorado del sitio; y le explicó el proyecto de crear un refugio de montaña para practicar yoga, meditación y senderismo. Jesús sacó de la billetera una «chuleta» de papel con un montón de nombres y teléfonos y le dijo: «Todas estas personas están interesadas, pero a ninguno se la he querido vender. No me han convencido. A ti te la voy a vender. « A Jesús le resonó el proyecto de Dani. Él había nacido en Casa Cuadrau, ésta era la casa de sus ancestros, y le costaba soltarla. La gente en estas montañas tiene mucho apego a sus tierras, pero al no tener descendencia había decidido vender. 

Esta primavera del 2023, Dani se encontró con Jesús en la romería de San Úrbez y se emocionó al verlo. Habíamos intentado localizarlo antes, pero como se había cambiado de casa y de número de teléfono fijo no habíamos podido. 

Jesús y sus amigos subieron a conocer Casa Cuadrau ese mismo día. Fue muy emocionante ver su reacción al descubrir la casa renovada y con tanta vida. 

-Katya