05 Nov Caminata Meditativa: instrucciones
La caminata meditativa es gran una forma de conectar contigo y con la naturaleza. En todos nuestros retiros es una actividad fundamental que nos ayuda a parar la mente y simplemente vivir el presente, tal y como es.
Aquí te dejamos unas cuantas instrucciones para poder disfrutar más de tu caminata:
- Trae tu atención hacia el cuerpo. Te ayudará cerrar los ojos y permanecer de pie por unos momentos, sintiendo tu postura y el peso de tu cuerpo sobre la tierra. Cuando te sientas listo, abre los ojos y todos tus sentidos y despacio comienza a caminar.
- Siente el andar de los pies, como uno a uno se desprende y vuelve tomar contacto con el suelo. Siente el movimiento de todo el cuerpo o simplemente trae tu atención a la región del vientre y nota como surgen de esa zona los movimientos del torso y de las piernas. Encuentra ese punto de concentración más adecuado para ti.
Para muchos de nosotros es de gran ayuda caminar a un paso más lento que nuestro paso habitual. Reducir la velocidad puede ayudar a conectarse con las sensaciones internas y el entorno. Si te distraes, sólo toma una respiración profunda y vuelve a conectarte. - Intenta estar alerta de tus “impulsos” o “intenciones” y anticiparte a ellos, no hacerlos de manera automatizada (ej. girar, moverte hacia un lado, etc.) Puede ser posible expandir este estado de alerta al elevar y mover las piernas, pisar el suelo, el movimiento de las articulaciones, etc. Estar atentos de las intenciones da más espacio entre hacer conscientes los impulsos y seguirlos y ejecutarlos. Deja que esta práctica se integre más y más a tu vida diaria.
- Disfruta de la sencillez, del simple hecho de ser humano caminando por la tierra, lenta o rápidamente, según prefieras.
- Atención fluida como los movimientos. No tengas expectativas, no te apegues a sensaciones. No luches contra los pensamientos, imágenes, sentimientos. Siente curiosidad hacia lo que llamamos “caminar”, todos los músculos y partes del cuerpo involucradas, movimientos, texturas, etc.
- Disfruta de tu propio ritmo. Un paso cada vez, como si tuvieras todo el tiempo del mundo, como si te moviera la tierra. Con delicadeza conecta con los pies, piernas, abdomen o todo el cuerpo, con actitud abierta y espaciosa, dejando que los sonidos, imágenes y sensaciones sucedan dentro y alrededor.
- Se transparente: la naturaleza sucediendo tanto “dentro” como “fuera”. Simplemente percibiendo la experiencia directa.